Buscando algo, impaciente, distraida, con un objetivo en mente.
De nada sirvió todo ello, cuando sin ver, sentí como mi cuerpo era atravesado por esa sensación tan fuerte como agradable y esperada. Entonces, mis sentimientos no me pertenecían, ya que se volvieron a tu voluntad.
Inocencia derramaban tus ojos brillantes, los cuales, advirtieron al instante que mis sentidos eran ahora tuyos; al igual que todo mi ser, que prometió admiración y devoción absoluta hacía tí.
En un movimiento involuntario, fijé mi mirada en la tuya y en ese momento no hubo opción a réplica, intuición que me llevó a vislumbrar este bonito final.
Allí mismo supe que me encontraba en el lugar y el momento indicados. El destino una vez más me condujo hacía el camino correcto para que vosotros y yo coincidieramos. Mi busqueda no sirvió de nada, vosotros me encontrastes a mí. Y es que, no fuisteis la elección, ¡sino yo!
Nunca, nunca hubiera ni podría olvidar cada una de vuestras primeras miradas, todo lo que fuisteis y seguís siendo para mí, perdurará en el tiempo. ¡Porque tuve la oportunidad de ser elegida por cada uno de vosotros!
A todos mis perros que siguen y seguirán conmigo, da igual el tiempo que pase y eso es lo único que perdurará para siempre...
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